Sustituyendo a la anterior Directiva de Protección de Datos del año 95, la llegada del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) obliga a todas las sociedades al cumplimiento de una regulación más rígida cuando traten con los datos personales de ciudadanos de la Unión Europea, ya sea dicha empresa de dentro o fuera de la UE.