STREAMING

Era del Streaming: Innovación, Monopolio y el Futuro de la Producción Audiovisual

La irrupción de las plataformas de streaming en la última década ha marcado un punto de inflexión en el sector del entretenimiento audiovisual, transformando no solo cómo consumimos contenido, sino también cómo este se produce y distribuye. Gigantes como Netflix, Amazon Prime y Disney+ han liderado esta revolución, ofreciendo una avalancha de contenido accesible desde cualquier lugar y en cualquier momento, una propuesta que ha resonado profundamente con la audiencia global. Sin embargo, este avance tecnológico y comercial no viene sin sus complicaciones. Mientras diversifican el acceso al entretenimiento, estas plataformas también han lanzado un desafío directo a los pilares tradicionales de la producción y distribución audiovisual, llevando a los reguladores y tribunales a un territorio legal inexplorado.

Este cambio radical en el panorama mediático no solo es de interés para aquellos inmersos en la maraña legal del derecho de la competencia. Afecta a todos los eslabones de la cadena de valor del sector audiovisual: desde los guionistas y productores que crean el contenido, pasando por las plataformas que lo distribuyen, hasta llegar a los espectadores que consumen las historias. Analizar estas dinámicas es crucial para comprender el alcance completo del impacto que las plataformas de streaming están teniendo en la industria, destacando el delicado equilibrio entre fomentar la innovación y mantener una competencia justa y equitativa.

Uno de los retos más significativos que enfrentan los productores tradicionales en esta nueva era es la competencia con gigantes digitales, que tienen recursos aparentemente ilimitados. Estas plataformas de streaming han introducido modelos de negocio disruptivos que han redefinido las expectativas del público y, con la adquisición de derechos exclusivos y la imposición de condiciones contractuales restrictivas, han planteado serias preguntas sobre la equidad en la competencia. Los productores y distribuidores más pequeños, con menos recursos financieros y menor alcance, se encuentran en una lucha desigual por captar la atención del público.

La situación actual contempla una transición del entorno dominado por canales de televisión convencionales y cines a uno donde las plataformas digitales tienen un peso considerable, lo cual ha generado una serie de investigaciones por parte de autoridades regulatorias. En España, por ejemplo, casos investigados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) han puesto en relieve las prácticas que podrían estar limitando la competencia leal.

La jurisprudencia española ha comenzado a abordar estos retos, buscando establecer precedentes que equilibren la protección de la competencia con el fomento de la innovación. Casos como el de Telefónica, donde la adquisición de derechos exclusivos fue cuestionada, y las investigaciones a distribuidoras de cine por coordinar estrategias comerciales, son ejemplos de cómo el marco legal se está adaptando para responder a estas nuevas dinámicas de mercado. Las decisiones de la CNMC y las sentencias de tribunales superiores son reflejo de un esfuerzo consciente por garantizar que la competencia en el mercado audiovisual sea justa y que los nuevos actores no socaven las oportunidades de los productores tradicionales.

Las expectativas de futuro para reguladores y legisladores son enormes. La velocidad a la que evoluciona el mercado audiovisual, impulsada por la innovación tecnológica y los cambios en los hábitos de consumo, exige una actualización constante de las leyes y regulaciones. La tarea es encontrar un equilibrio que permita a las plataformas de streaming continuar innovando y enriqueciendo la oferta de contenido para los espectadores, sin que ello signifique cerrar el paso a nuevos actores o disminuir la diversidad del ecosistema audiovisual.

La clave está en desarrollar un marco regulatorio que sea lo suficientemente flexible como para adaptarse a las transformaciones del sector, pero también lo suficientemente robusto como para proteger los principios de la competencia leal.

En el mismo sentido, la colaboración internacional entre reguladores y legisladores es crucial en un mercado globalizado donde las plataformas de streaming operan a través de fronteras nacionales. La armonización de las políticas a nivel internacional puede ayudar a crear un campo de juego nivelado y promover una competencia saludable que beneficie tanto a los productores de contenido como a los consumidores.

Otro aspecto importante es el papel de la innovación tecnológica en la creación de nuevas oportunidades para los productores y distribuidores de contenido. Las tecnologías emergentes, como la realidad virtual y la inteligencia artificial, ofrecen nuevas formas de crear y distribuir contenido, abriendo el mercado a una mayor competencia y diversidad. Fomentar la investigación y el desarrollo en estas áreas, puede ser una forma efectiva de contrarrestar el poder de mercado de las grandes plataformas y promover una mayor pluralidad en el sector audiovisual.

En conclusión, la era del streaming presenta desafíos y oportunidades sin precedentes para el sector audiovisual. Aunque el camino hacia un mercado equitativo y competitivo está lleno de complejidades, mediante la adaptación continua de las políticas regulatorias, el fomento de la innovación y la cooperación internacional es posible asegurar un futuro en el que tanto los creadores de contenido como los consumidores puedan prosperar. En última instancia, el objetivo es preservar la riqueza y diversidad del ecosistema audiovisual en esta nueva era digital, garantizando que el avance tecnológico y la innovación vayan de la mano con la equidad y la inclusión.

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Autor: Jon Rodríguez Senz, abogado del área de Propiedad Industrial de ETL GLOBAL.

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