¿Qué es el impuesto de sociedades?

Impuesto de sociedades: definición


El impuesto de sociedades es la obligación tributaria que asumen las personas jurídicas al haber obtenido rentas en un periodo fiscal que suele ser de un año natural. Es decir, este elemento impositivo grava la renta de las sociedades y demás entidades jurídicas.

Tiene carácter directo porque refleja directamente la economía de la sociedad mercantil. Además, es personal porque hace referencia a una persona jurídica, tiene un tipo impositivo único porque es siempre el mismo, y es periódico porque se paga cada año.

¿Quién paga el impuesto de sociedades?


Este impuesto de sociedades recae sobre sociedades mercantiles, civiles, agrarias, agrupaciones de interés económico, asociaciones y fundaciones, y también sobre los fondos de inversión, de pensiones y cooperativas.

Es importante tener en cuenta que este impuesto sobre la renta debe presentarse, aunque en el ejercicio anterior no haya habido actividad, o esté en proceso de concurso o liquidación.

¿Cuándo se paga?


El plazo para presentar el Impuesto sobre Sociedades siempre es el mismo, y se debe presentar cada año.

Se presenta a través de dos modelos:

  • El modelo 200, para la declaración anual del Impuesto sobre Sociedades. Se presenta entre los días 1 y 25 de julio de cada año.
  • El modelo 202, de pago fraccionado del Impuesto sobre Sociedades. Se presenta en los meses de abril, octubre y diciembre siempre que hayamos obtenido un resultado positivo en la presentación del modelo 200 del ejercicio anterior.

Si se presentan los modelos fuera de plazo sin que Hacienda haya reclamado, habrá una serie de recargos adicionales por el retraso. Estos recargos son intereses de demora y van desde un 1% si se paga en el primer mes, hasta un 15% si se retrasa el pago hasta un año.

El porcentaje va incrementando en 1% conforme va pasando cada mes.

Además de estos intereses, si has recibido un requerimiento puede haber una penalización de 100 € de multa, así como otras penalizaciones como:

  • No poder compensar las bases imponibles de resultado negativo de años anteriores
  • No poder aplicar la libertad de amortización entre otros incentivos fiscales.

Cómo calcular el impuesto de sociedades


Para saber cuánto tienes que pagar por el impuesto sobre sociedades, el primer paso es calcular la diferencia entre los ingresos obtenidos y los gastos practicados en el ejercicio.

En caso de que sea necesario, a esa cantidad hay que aplicar las correcciones que existen debido a las diferencias de criterios de cálculos entre el resultado contable y el cálculo definido por Hacienda. Así se obtiene la base imponible del ejercicio, que cuando se multiplica por el tipo impositivo, se obtiene la cuota íntegra.

A esta cuota íntegra le aplicaremos las bonificaciones y deducciones y de ahí saldrá la cuota líquida.

Por último, aplicamos las retenciones y pagos a cuenta de nuestra sociedad en el período y obtenemos la cuota diferencial, que será el pago a Hacienda del Impuesto sobre Sociedades.

Qué gastos no son deducibles

  1. Los que representen una retribución de los fondos propios.
  2. Los derivados de la contabilización del Impuesto sobre Sociedades. No tendrán la consideración de ingresos los procedentes de dicha contabilización.
  3. Las multas y sanciones penales y administrativas, los recargos del período ejecutivo y el recargo por declaración extemporánea sin requerimiento previo.
  4. Las pérdidas del juego.
  5. Los donativos y liberalidades.
  6. Los gastos de actuaciones contrarias al ordenamiento jurídico.
  7. Los gastos de servicios correspondientes a operaciones realizadas, directa o indirectamente, con personas o entidades residentes en países o territorios calificados como paraísos fiscales, o que se paguen a través de personas o entidades residentes en estos, excepto que el contribuyente pruebe que el gasto devengado responde a una operación o transacción efectivamente realizada.
  8. Los gastos financieros devengados en el período impositivo, derivados de deudas con entidades del grupo según los criterios establecidos en el artículo 42 del Código de Comercio, con independencia de la residencia y de la obligación de formular cuentas anuales consolidadas, destinadas a la adquisición, a otras entidades del grupo, de participaciones en el capital o fondos propios de cualquier tipo de entidades, o a la realización de aportaciones en el capital o fondos propios de otras entidades del grupo, salvo que el contribuyente acredite que existen motivos económicos válidos para la realización de dichas operaciones.
  9. Los gastos derivados de la extinción de la relación laboral, común o especial, o de la relación mercantil a que se refiere el artículo 17.2.e) de la Ley 35/2006, o de ambas, aun cuando se satisfagan en varios períodos impositivos, que excedan, para cada perceptor, del mayor de los siguientes importes:
  10. 1 millón de euros.
  11. El importe establecido con carácter obligatorio en el Estatuto de los Trabajadores, en su normativa de desarrollo o, en su caso, en la normativa reguladora de la ejecución de sentencias, sin que pueda considerarse como tal la establecida en virtud de convenio, pacto o contrato. No obstante, en los supuestos de despidos colectivos realizados de conformidad con lo dispuesto en el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores, o producidos por las causas previstas en la letra c) del artículo 52 del citado Estatuto, siempre que, en ambos casos, se deban a causas económicas, técnicas, organizativas, de producción o por fuerza mayor, será el importe establecido con carácter obligatorio en el mencionado Estatuto para el despido improcedente.
  12. A estos efectos, se computarán las cantidades satisfechas por otras entidades que formen parte de un mismo grupo de sociedades en las que concurran las circunstancias previstas en el artículo 42 del Código de Comercio, con independencia de su residencia y de la obligación de formular cuentas anuales consolidadas.
  13. (Derogado)
  14. A partir del 1-1-2017, las pérdidas por deterioro de los valores representativos de la participación en el capital o en los fondos propios de entidades respecto de la que se de alguna de las siguientes circunstancias:
  15. que, en el período impositivo en que se registre el deterioro, se cumplan los requisitos establecidos en el artículo 21 de la LIS, o
  16. que, en caso de participación en el capital o en los fondos propios de entidades no residentes en territorio español, en dicho período impositivo no se cumpla el requisito establecido en la letra b) del apartado 1 del artículo 21 de la LIS.
  17. A partir del 1-1-2017, las disminuciones de valor originadas por aplicación del criterio del valor razonable correspondientes a valores representativos de las participaciones en el capital o en los fondos propios de entidades a que se refiere la letra anterior, que se imputen en la cuenta de pérdidas y ganancias, salvo que, con carácter previo, se haya integrado en la base imponible, en su caso, un incremento de valor correspondiente a valores homogéneos del mismo importe.
  18. Con efectos para los períodos impositivos que se inicien a partir de 10-11-2018, se establece que no tendrá la consideración de gasto fiscalmente deducible la deuda tributaria del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, modalidad Actos Jurídicos Documentados, documentos notariales, cuando se trate de escrituras de préstamo con garantía hipotecaria en los que el sujeto pasivo sea prestamista.
  19. Se establece en el artículo 15 n) de la LIS un nuevo supuesto de gasto no deducible, según el cual no serán deducibles aquellos gastos que sean objeto de la deducción regulada en dicho artículo 38 bis de la LIS, incluidos los correspondientes a la amortización de los activos cuya inversión haya generado el derecho a la mencionada deducción.