Qué es una Due Diligence

La Due Diligence es como se le conoce a los métodos de investigación de una empresa que permiten conocer el valor de esta. Son procedimientos hechos para potenciar posibles compradores realizando evaluaciones exhaustivas antes de formalizar cualquier transacción.

Este término es un término muy usado en sectores financieros, aunque en algunas partes de habla hispana se le conoce como Diligencia Debida, que es su traducción literal. 

La Diligencia debida o Due Diligence es una verificación que todo empresario debería pedir antes de entrar en cualquier proceso de compra para minimizar el riesgo que este le supone.

Due Diligence, ¿qué es?

Una Due Diligence es una investigación o auditoría al detalle de todas las áreas de una empresa para comprobar si cumple con todas sus obligaciones legales. Normalmente la elaboran consultores externos que examinan todo en profundidad.

Aunque siempre se han realizado estudios previos ante la compra de una empresa, este término en concreto es relativamente moderno.

Como decíamos, esta investigación se suele realizar antes de que empiece el proceso de compra de una empresa, cuando hay inversores interesados en ella.

La Due Diligence sirve, entre otras cosas, para verificar la valoración de los activos y pasivos e identificar las áreas que necesitan una investigación más a fondo.

Estos procesos son bastante extensos debido a que cubre muchos aspectos de un negocio. La cobertura que da la Due Diligence generalmente se divide en cinco sectores: Cumplimiento legal, Desempeño Comercial, Operaciones, Impacto ambiental y Finanzas.

Generalmente estos procesos se adaptan a cada transacción específica debido a que no existen reglas oficiales sobre lo que tiene que abarcar la Due Diligence. Dependiendo del tipo de empresa que sea, nos interesará más que se investigue en profundidad sobre unas áreas u otras. 

Es importante saber qué tenemos que investigar para obtener la información adecuada. De este modo podremos saber las amenazas y oportunidades a las que nos enfrentamos.

Alguno de los objetivos básicos de la Due Diligence son:

  • Valorar el negocio sobre el que se quiera hacer una transacción.
  • Obtener información valiosa de carácter privado
  • Conocer el valor de las acciones y participaciones de una empresa.
  • Detectar posibles riesgos laborales, fiscales y contables.
  • Analizar la rentabilidad.

Due Diligence legal

La Due Diligence legal es, como explicamos antes, una auditoría en profundidad de una empresa pero en este caso centrada en analizar su situación económica y financiera.

Esta parte del proceso es obligatoria para las empresas que quieren poner a la venta sus valores. Se instauró así después del crack del 29 como medida de transparencia en los mercados financieros.

Due Diligence financiera

Esta Due Diligence se refiere en concreto a los análisis exhaustivos de los registros financieros de una empresa. Estos ayudan a evaluar en qué punto está la empresa, cuál es su valor y cuáles son los riesgos potenciales que pueden correr. Es una manera de tener una seguridad antes de adquirir una empresa.

Para hacer una correcta Due Diligence financiera se deben pedir como mínimo los documentos que contengan la siguiente información: ingresos y ganancias, deudas a corto y largo plazo, historial de acciones y balances de cuentas.

Due Diligence financiera

En el caso de la Due Diligence inmobiliaria se refiere, como indica su nombre, al análisis en profundidad de la parte urbanística. Esta investigación es importante tanto para el comprador como para el vendedor, ya que ambos pueden salir perjudicados si se encuentran posibles irregularidades jurídicas y se ha producido la compra.

La información necesaria que deben incluir una Due Diligence inmobiliaria es:

Documentación que incluya la ficha urbanística, fotografías, planos, boletines de legalización de las instalaciones.

  • Análisis del desarrollo urbanístico del suelo.
  • Comprobación de la normativa municipal y autonómica que afecte al inmueble.
  • Usos urbanísticos del inmueble.
  • Licencias existentes que hagan referencia a instalaciones.
  • Análisis técnico del inmueble desde el punto de vista de los materiales, posibles defectos, instalaciones, obras ejecutadas y mantenimiento.
  • Calificación del inmueble desde el punto de vista energético.

Cómo hacer una Due Diligence

Hacer una Due Diligence es un proceso bastante largo, se necesita recopilar muchos datos y muy concretos para obtener la información que nos interesa.

No obstante, este proceso se podría resumir en cinco pasos que detallamos a continuación:

  • Evaluar los objetivos del proyecto.

Como en cualquier otra investigación el primer paso es determinar cuales son nuestros objetivos. Esto ayuda a marcar las líneas que se deben seguir.

  • Analizar las finanzas del negocio.

Es decir, investigar los registros financieros que ayudan a evaluar el estado de los activos de la empresa.

  • Analizar a fondo la documentación.

Este es un paso lógico dentro de la Due Diligence, una vez se empieza a obtener la información que hemos solicitado hay que leerla con atención y analizar toda la información.

  • Elaborar un plan de negocio.

Esto se hace para evaluar si el negocio es viable y cómo se integraría el modelo de empresa con la idea del nuevo comprador.

  • Preparar una oferta final.

Una vez se han obtenido todos los informes y se han analizado debidamente, se usa la información recopilada para hacer una oferta y empezar con la negociación.

En conclusión, la Due Diligence es una parte esencial de los procesos de inversión para los empresarios. En muchas ocasiones es un factor determinante para tomar la decisión final en cualquier adquisición de compañías.

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