¿Qué es el Código de Buenas Prácticas?

En España, la legislación recoge un Código de Buenas Prácticas en materia de hipotecas y pago de vivienda en el Real Decreto-ley 19/2022. Este código se define bajo el objetivo de proteger a ciudadanos que puedan encontrarse con una situación realmente adversa no prevista. Por el momento, esta medida tiene un carácter voluntario y no todas las entidades financieras se acogen a ella. Sin embargo, también existen mecanismos de protección que sin son obligatorios por ley: 

Medidas y mecanismos de protección

Por la creciente complejidad que atraviesan los ciudadanos para acceder a una vivienda en España, el estado ha dispuesto ciertos recursos en esta línea. Comenzaremos por revisar la Ley 5/2019, relacionada con este asunto por marcar ciertos límites en los créditos inmobiliarios. Seguidamente, profundizaremos en el mencionado Código de Buenas Prácticas.

    Ley 5/2019: regulación de los contratos de crédito inmobiliario

    Antes del impulso de este código, la legislación española ya identificó ciertas irregularidades en el sector inmobiliario que dieron forma a la Ley 5/2019. Dicha ley regula ciertas condiciones que, hasta el momento, habían suscitado situaciones particularmente desfavorables a los clientes de préstamos hipotecarios. Los aspectos más relevantes de esta ley son: 

    • Límites para intereses de demora: se establecen límites a los intereses de demora que pueden ser aplicados por impago de las cuotas hipotecarias, evitando así cargas excesivas y desproporcionadas.
    • Costes de renovación de préstamos: se regulan los costes asociados a la solicitud de modificación de las condiciones de los préstamos hipotecarios. Se busca proteger a los deudores de posibles abusos o penalizaciones injustificadas.

    Código de Buenas Prácticas: Propuestas y recursos

    Tal y como se ha adelantado, el Código de Buenas Prácticas establecido por el Real Decreto-ley 19/2022 tiene un carácter totalmente voluntario. Sin embargo, cada vez son más las entidades que se adhieren al mismo. Suscribir las líneas establecidas por el Código de Buenas Prácticas no es más que contemplar medidas para flexibilizar la carga hipotecaria ante situaciones especialmente desfavorables. Entre las medidas que se contemplan o aconsejan en este código están las siguientes: 

    • Reestructuración de la deuda: Modificación de condiciones o cuotas del préstamo para adaptarlas a las posibilidades de cada usuario. Es una manera efectiva para no privar al cliente de su vivienda al mismo tiempo que se evita el impago.
    • Quita de la deuda: Existen casos excepcionales en los que los bancos podrían llegar a acuerdos de reducción de la deuda pendiente. Son recursos para personas o familias en situación de gran vulnerabilidad.   
    • Dación en pago: se contempla la posibilidad de entregar la vivienda al banco como forma de saldar por completo la deuda.
    • Acceso al alquiler social: En estos casos en los que los usuarios no pueden hacer frente a los pagos y entregan su vivienda, se establecen alternativas. Se facilitará su acceso a viviendas de alquiler social. 

    Al adherirse a este código, las entidades financieras se comprometen a evaluar y considerar cada situación de manera individualizada. Es una muestra de interés en la mejora del mercado hipotecario, así como una prueba de compromiso con la protección de sus clientes. 

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