¿Qué es un
delito fiscal?
Para entender qué es un delito fiscal, debemos saber en primer lugar que las obligaciones fiscales, tal y como su nombre indica, son obligaciones que tenemos todos los ciudadanos para con la Agencia Tributaria y la Hacienda Pública. El incumplimiento de estas supone una infracción administrativa que se resuelve mediante multa o sanción.
Son los juzgados penales los que llevan a cabo estos procedimientos y condenan estas actuaciones con las penas que correspondan. Será trabajo del juez poner la sanción correspondiente y no de la Hacienda Pública.
Cuando se comete un delito fiscal se considera que se está cometiendo un daño patrimonial importante, por lo que se entiende que la persona está incurriendo en algo muy grave.
Delito fiscal: Definición
Podríamos definir el delito fiscal como aquel que se produce cuando se defrauda a la Hacienda Pública. Hablamos de un delito que se puede cometer tanto por acción como por omisión. Es decir, que la persona que comete el delito puede omitir determinados ingresos o ganancias para no pagar los impuestos correspondientes o, por el contrario, la persona en cuestión puede evitar el pago de impuestos directamente con deliberación.
Existen tres tipos de delito fiscal:
Delito fiscal persé
es el que venimos explicando hasta ahora.
Delito fiscal atenuado
se puede considerar de este tipo si la persona reconoce los hechos y paga la deuda antes de 2 meses.
Delito fiscal agravado
este tipo de delitos ocurre cuando se defrauda más de 600.000€ además de que lo haya cometido una organización criminal usando, por ejemplo, cuentas en paraísos fiscales.
Este tipo de delitos pueden ser sancionados con penas de entre 1 y 5 años de cárcel. Y normalmente llevan añadido el pagar una sanción de hasta seis veces la cantidad que han defraudado. Básicamente el juez puede decidir qué cantidad debe pagar, siendo la misma que han defraudado o multiplicando hasta por 6 veces.
Un dato curioso es que el delito fiscal puede quedar exento. Para que se den estos casos es necesario que la persona o personas hayan pagado de forma voluntaria las deudas antes de que se inicie una inspección.
Por otro lado, este tipo de delitos prescriben a los 5 años, aunque si se ha denominado delito fiscal agravado, lo hará a los 10 años.
¿Es lo mismo fraude fiscal que delito fiscal?
Para responder a esta pregunta primero debemos saber a qué llamamos fraude fiscal.
«El fraude fiscal, también llamado defraudación, se refiere a cualquier conducta obligatoria que se haya vulnerado suponiendo un daño a la Hacienda Pública. Es decir, a efectos prácticos por definición, es lo mismo que el delito fiscal.»
Si bien es cierto que a priori nos puede parecer lo mismo, se calificará de uno u otro dependiendo de la gravedad que alcance. Todas las infracciones de este tipo se pueden considerar fraude fiscal pero, por el contrario, no todas incurren en un delito, por lo que no todas son delito fiscal.
El fraude fiscal, como no implica delito, suele castigarse con una sanción económica cuya cantidad determina la propia Hacienda. Por el contrario, como veníamos explicando, el delito fiscal debe ser juzgado por lo penal, así que será el juez el que dictamine lo que crea oportuno.
¿Cuándo se considera delito fiscal?
Para saber cuándo se considera delito fiscal sólo tenemos que fijarnos en qué cantidad es la que se ha defraudado. En todas estas cuestiones de delitos en lo que entra la economía en juego, siempre es la cantidad la que va a determinar si se considera delito o no, y cómo de grave es.
Por lo tanto, en realidad la pregunta es, a partir de qué cantidad se considera delito fiscal. Porque aunque pueda parecernos más o menos justo, una cantidad tan insignificante como pueden ser 5€ o 10€ puede marcar la diferencia en cuanto determinar si se ha cometido un delito fiscal o no.
Se considera delito fiscal cuando la cuantía de lo defraudado supera los 120.000€. Esto no quiere decir que la defraudación de una menor cantidad de dinero quede sin consecuencias, sino que las consecuencias no serán de tipo penal, sino simplemente administrativas.
Existe una excepción para esta cantidad, y es que si el fraude se comete contra la Hacienda Pública de la Unión Europea, la cuantía para que se considere delito es de 50.000€ y no de 120.000€ como veníamos explicando anteriormente.
En cualquier caso, sin duda lo mejor es ponerte en manos de profesionales expertos que puedan asesorarte sobre tu economía, el pago de impuestos y cómo evitar que cometas un delito de este tipo, sea por acción, omisión o por desconocimiento.